“Ayer mi madre publicó una foto en Facebook de mi hermano de 5 años de edad Sam usando un par de zapatos que el eligió para su primer día de preescolar.
Ella le explicó en la tienda que estaban hechos para niñas. Sam le dijo que no le importaba y que ‘los ninjas también pueden usar zapatos rosas‘
Sam fue a preescolar y recibió varios cumplidos sobre sus nuevos zapatos. Ningún niño dijo algo negativo hacia él por sus zapatos.
Mi mamá recibió acerca de 20 comentarios en la foto que publicó de Sam de varios familiares diciendo qué tan “mal“ estaba haciéndole y que “cosas como esa le afectaría socialmente“ y, lo más elocuente por parte de mi tía, “esa mierda lo hará gay“
Mi mamá eliminó la foto y le dijo a Sam que el podía usar lo que el quisiera para llevarse a la escuela, que es su decisión. Si el quiere usar zapatos rosas, él los puede usar.
Sam le explicó a ella que él no los eligió porque eran rosa, a él le gustaron porque “estaban hechos de cebra” y que la cebra es su animal favorito.”
Me ha gustado mucho que compartas esta historia. Los propios adultos inculcamos prejuicios sociales a los más pequeños. Un niño, ser tan inocente, aún no maleado por la sociedad, puede ser tan sincero que no tiene ni que saber que algo está mal estéticamente por la sociedad que le rodea.